Con la confirmación del primer fallecido por COVID-19 en Honduras se pueden hacer ciertas observaciones:
1- La mayoría de los contagiados son y serán jóvenes entre 20 y 40 años de edad, Honduras es un país joven con una edad promedio muy juvenil.
2- Esa característica en su población joven juega en contra pues son mucho más activos y tienen una mala actitud y postura a seguir instrucciones, de hecho, ningún detenido por autoridades en el toque de queda supera ese rango de edad.
3- Lo anterior hace que sea muy probable que la enfermedad se esté propagando mucho más rápido ya que son estos jóvenes (en su mayoría) quienes están ignorando las recomendaciones de mantenerse en casas.
4- El COVID-19 ha confirmado a pesar de todo que es especialmente letal con personas de la tercera edad y más letal si se tiene otras patologías.
5- Considerando que la población joven este propagando la enfermedad y por su misma condición juvenil sus sistemas inmunológicos están más fuertes estén siendo ASINTOMÁTICOS, y no se están enterando.
6- La población tendrá que decidir (aunque parezca inhumano) que queremos, morir de hambre o morir por COVID-19, pero para frenar la pandemia en Honduras o hacemos una cosa o la otra.
7- Tal vez ya con muertos las personas reaccionan y se toman más en serio este asunto.
8- El toque de queda se supone termina el domingo en la tarde, confirmado el primer fallecido por la pandemia no "nos hagamos chibola", se va a prolongar sí o sí.
9- Nos ponemos de acuerdo todos y cada uno porque egoístas es ser improcedente en esta situación.
10- Para terminar, mis mayores temores se han confirmado, es más letal la cultura del indígena hondureño que una pandemia.
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